El artista Marcos López está exponiendo sus fotografías de “Vuelo de Cabotaje” en el Museo Nacional de Bellas Artes de Neuquén. En esta muestra antológica, la irrealidad de las imágenes nos da una extraña sensación de realidad, de sentido de pertenencia. No se pierdan la oportunidad de tomar este viaje por nuestra tierra, este paseo de emociones por el inconsciente colectivo argentino.
Un viaje aéreo que une distintos puntos del país. Eso es un vuelo de cabotaje. Y eso es esta exposición de Marcos López. De cada lugar una postal con sus bellezas. Pero sus bellezas reales, esas que los hacen lo que son. Una bolsa de plástico, un perro, un choclo, un santito de pueblo, una pelopincho con un salvavidas de goma, un asado, un hospital devaluado.
Las obras de Vuelo de Cabotaje muestran una argentinidad al palo. Los ricos, los pobres, las miserias miseriosas y las miserias hermosas. Lo barato. Ese “mal gusto” congénito que aparece en la mezcolanza de la cultura del ser argentino. Entre el mercado omnipresente del plástico, de las marcas y del “deber ser” de los ricos. Entre el paisaje y la gente que impone necesariamente que somos de acá y no de allá.
Se trata de un juego con nuestra estética cotidiana trasformada en obra de arte. Y que derrama en una fotografía eso que somos, que queremos o aparentamos ser o no ser.
Las fotos pueden tener su interpretación y reinterpretación, su análisis y recontra análisis. Pero aún si no nos realizamos muchas preguntas, al verlas nos pegan de inmediato.
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