A los mexicanos ahora sí les tocó el ocho.
Y sí, me gusta el mundial y me veo todos los partidos que puedo. Contagiándome de la
gripe albiceleste sobre la que informó mi compañera
Andrea Duran en su blog, aquí estoy apoyando a la selección. Un ser argentino y latinoamericano, que nada tiene que ver con nacionalismos estúpidos, me hace gritar ¡Vamo' Diego vamo'!, como al genial historietista y muralista valletano
Chelo Candia en este dibujo. ¡A ganar argentina! y, si todo se complica, ¡entrá vos a la cancha! Pero simbólicamente, tiene la pelota igual.
La
fiebre mundialista que emerge en nosotros cada cuatro años con la esperanza de ganar, hace que nos diferenciemos del resto del mundo y
dejemos de mirar con tanta admiración a Europa por un rato.
Los latinoamericanos tenemos pasiones, talentos, culturas que nos diferencian. El fútbol es una de ellas y se muestra en el mundial que por ahora tiene a
una mayoría latina como protagonista. Como dice acretadamente una
publicidad del mundial: es cultural.
